Sobre El Encuentro

ENCUENTRO
De este encuentro nadie va a salir con la cabeza llena de información, sino que se va a aprender a soltar, a dejarse ir, a observar, a aceptar.

En ese proceso las palabras no son nada más que ruido, símbolos a los que se les ha dotado significado y que, por ende, no tienen nada que ver con nuestra realidad.

Sin embargo, siendo las palabras el medio que utilizamos para comunicarnos, en este espacio las utilizaremos para compartir lo que estemos sintiendo, sin enjuiciar ni dar consejos, al igual que cuestionar toda creencia y así ser liberado de toda limitación. En los tiempos designados a tal efecto nos daremos la oportunidad de expresar lo que creemos sentir, inquietudes y preguntas.

Sólo hay dos estados que vamos a estar experimentando, paz o conflicto (miedo), y no importa que historias la mente utilice para justificar cada estado, éste es un espacio para darnos cuenta que esa historia, sea cual sea, siempre es falsa.
En este encuentro, mediante el silencio y la introspección, vamos a reconocer que si no experimentamos paz es, sencillamente, porque tomamos la decisión de elegir en contra de ella.

Esta práctica la realizaremos sin indagar ni analizar, sólo sintiendo, y descubriendo como nuestro deseo de sentirnos separados es lo que da testimonio de esa elección en contra de la paz. Por lo tanto, cuando nos hacemos conscientes de que esto es así, nos damos cuenta de que siempre es posible hacer una nueva elección.

¿CÓMO SE HARÁ EL ENCUENTRO?
En un lugar que invita al recogimiento. Estando en contacto con la naturaleza, comprometiéndonos a un silencio que es el que nos importa. Manteniendo un estado de atención que nos permitirá disfrutar cada momento, al igual que tomar completa consciencia de el conflicto interno que se experimenta para poder ser liberado.

- Practicando la meditación contemplativa como recurso para tomar consciencia de la presencia.
- Disponiendo de largos espacios para caminar o para recogernos en el lugar que elijamos para sentir el amor y la paz que somos.
- Dedicando algunos momentos para compartir en grupo, con las palabras justas, aquello que está brotando en nosotros.

PRÁCTICAS DIARIAS
Meditación: No estamos interesados en controlar pensamientos, sino en observarlos tal y como surgen. Tratar de controlar los pensamientos requiere esfuerzo. Al permitir que surjan sin juicio, sin resistencia, es como la mente retorna muy naturalmente a su estado de paz, y eso no requiere esfuerzo. Desde esta actitud toda experiencia es una meditación.

Contemplación: Es el mismo estado meditativo en la cual contemplamos todo lo que experimentamos desde un espacio pasivo. Mientras que la meditación la hacemos con los ojos cerrados, la contemplación la hacemos con los ojos abiertos. Mientras caminamos contemplamos, mientras trabajamos contemplamos, hagamos lo que hagamos contemplamos. Es así como mantenemos la mente en el presente.

Aceptación: Aquí sencillamente reconocemos que si aceptamos todo tal y como es no experimentamos ningún tipo de sufrimiento. Esa aceptación nos da la oportunidad de abrir la mente a la verdadera Sabiduría. La Única que sabe por qué las cosas suceden, pero, más que nada, todo lo que sucede tiene un sólo propósito: ayudarnos a sanar todo aquello que no nos permite experimentar nuestra paz y verdadera felicidad.